Los gitanos, romanís, cíngaros o rom son una comunidad o etnia
originaria del subcontinente indio. Más que en la certeza del
origen, en lo que sí coinciden los estudiosos y estudiosas, es que
el punto de partida de los gitanos es la India.
Fueron los lingüistas quienes descubrieron su procedencia
ya que la lengua que hablan los gitanos, la lengua Romaní,
es una lengua de la familia indoeuropea y su vocabulario y
gramática estén estrechamente relacionadas con algunas de las
lenguas vivas actuales de la India.
Igualmente a través de los préstamos lingüísticos que iban
adquiriendo se ha ido descubriendo los lugares de estancia y
viaje de los gitanos por Asia y Europa.
La aportación más reciente y documentada del origen de los gitanos nos llega de la mano del profesor y gitano Marcel Courthiade. Él y otros investigadores proponen que su origen es la ciudad de Kannauj que está cerca de Kanpur en el norte de la India. Se basan, fundamentalmente, en el texto de Al ‘Uthi que relata que el 21 de Diciembre de 1018 Mahmoud de Ghazni invade la ciudad de Kannauj y captura a toda la población: 53.000 habitantes que se llevará a Ghazni (actual Afganistán). Desde allí empezará su viaje por Asia y Europa.
En el año 1891, aconsejada por Pedro Duro Benito fundador de Duro Felguera, viene a Asturias la primera familia gitana del asentamiento de la que tenemos constancia, al finalizar el siglo XIX.
Estas eran las personas mayores y las acompañaban
hermanos e hijos, de los que venimos muchos de los gitanos
asturianos actuales. Más tarde, la población gitana aumentó
gracias a la llegada de otras familias, aprovechando el auge
económico de la década de los 60.
Antes del año 1936, casi todos los gitanos éramos nómadas;
sólo algunas familias vivían de forma sedentaria, pero poco a
poco todas las familias gitanas nos hemos ido volviendo
progresivamente sedentarias.
Durante los años 40 se produjeron cambios importantes
en la economía de los gitanos y surgieron nuevos oficios que
fueron sustituyendo de forma progresiva los tradicionales:
la compraventa de materiales reciclables como el hierro y
trapos. También surgió el gitano como vendedor a domicilio,
principalmente de telas para hacer vestidos, sábanas de algodón
y algún recorte para manteles.
La expansión económica de la década de los 50 atrajo una importante cantidad de gitanos que, en algunos casos, se integraron en la estructura ocupacional mayoritaria. Eso sí, en los trabajos peor remunerados y con peor valoración social como la construcción, la limpieza de altos hornos, la construcción de carreteras y, en general, trabajos pesados.
Algunos seguían dedicándose a la venta ambulante, la venta de ganado, la cosecha de fruta y, principalmente, a la compraventa de chatarra y cartón. Durante los meses de octubre a diciembre, algunos gitanos se dedicaban a la recogida de caracoles.
Los vendedores ambulantes y de mercado, tal como los conocemos
hoy en día, surgen durante la década de los 60, aunque
desde siempre hubo vendedores gitanos en los mercados. En un
principio, su número era poco significativo ya que había pocas
familias pero, poco a poco, el número fue aumentando de forma
considerable hasta llegar a la actualidad.
Actualmente, los oficios que tradicionalmente hemos
ejercido han ido desapareciendo, ya que la sedentarización
del pueblo gitano es una realidad; se demuestra así, que la
cultura gitana puede convivir, y sin ningún tipo de
problemas, con la cultura mayoritaria.
El primer documento conocido que atestigua la llegada de los gitanos a España es "el salvoconducto firmado por Alfonso V de Aragón para Juan, conde de Egipto Menor". Fue el primer gitano de quien tenemos documentada su presencia en el territorio ibérico. Juan de Egipto Menor fue autorizado por Alfonso el Magnánimo a circular y atravesar la Corona de Aragón en su peregrinaje. El guiaje, lo protegía tanto a él como a los que le acompañaran, del mismo modo que salvaguardaba sus bienes y mercancías. La duración del salvoconducto era de tres meses a partir de la fecha en que fue registrado, el 12 de enero de 1425.
"SALVOCONDUCTO DE ALFONSO V DE ARAGÓN AL CONDE JUAN DE EGIPTO MENOR, 1425"
La convivencia de los grupos de Gitanos que atravesaron Europa se rompe en España en el año 1499 cuando comienzan a dictarse una serie de leyes o Pragmáticas que perseguían su desaparición como cultura.
"LA PRAGMÁTICA DE LOS REYES CATÓLICOS EN EL AÑO 1499"
En 1749 se produce la Gran Redada, también conocida como Prisión general de gitanos, una persecución autorizada por Fernando VI y organizada en secreto por el Marqués de la Ensenada con el objetivo de arrestar (y «extinguir») a todos los gitanos del reino.
"LA GRAN REDADA DEL 30 DE JULIO DE 1749"
A partir de entonces se promulgaron más de 200 leyes antigitanas, algunas como la expulsión de los gitanos, normativas de cómo deben vivir, vestir, oficios en los que trabajar y la que prohibía el uso del habla gitana, el caló, considerado "jerga delincuente" en la Dictadura franquista. Hasta la Constitución de 1978 no se reconoce la igualdad plena de todos los españoles. Es la primera introducción en las leyes españolas de una garantía de convivencia y ciudadanía, con todos los derechos para los Gitanos.
El pueblo gitano ha ido asimilando muchos de los elementos culturales que se ha encontrado en los distintos territorios que ha atravesado en su camino desde la India y, gracias a ello, la cultura común actual está llena de sus aportaciones realizadas tanto en la lengua como el comercio, la música, la literatura y otras muchas artes.
Los gitanos y gitanas son ciudadanos de pleno derecho en
España y en la Unión Europea. Poseen rasgos culturales que
les son propios y comparten una identidad común, lo cual
no resta nada a su ciudadanía, sino más bien al contrario,
supone una riqueza y un valor añadido para la sociedad de
la que todos formamos parte.
Pero pese a los logros conseguidos en España desde la
instauración de la Democracia en la mejora de las condiciones
de vida de la población gitana, sigue habiendo situaciones
que requieren la atención de los poderes públicos y del
conjunto de la sociedad para conseguir de una vez por todas
que los gitanos y gitanas ejerzan su ciudadanía en igualdad
de condiciones que el resto de los ciudadanos.
Hace 60 años podía ser difícil que los niños gitanos
fuesen a la escuela, a pesar de que la educación es un derecho y
un deber muy importante para el futuro de cualquier niño o
niña.
Hoy en día las leyes españolas ya garantizan este derecho y la
práctica totalidad de los niños y niñas gitanos están
escolarizados en los centros educativos, lo que los convierte en lugares idóneos
para compartir culturas. Y cada vez, más jóvenes gitanos y gitanas
continúan estudiando, y ahora son abogados, maestros, ingenieros,
educadores, informáticos, médicos, enfermeros, etc.
A pesar de los grandes avances en la escolarización, existen
todavía graves problemas como las altísimas tasas de abandono
escolar en Secundaria Obligatoria. Y aunque se aprecia un incremento
en el número de alumnos y alumnas gitanos en
Bachiller y Universidad, los porcentajes siguen siendo todavía
muy inferiores a la media.
Aún estamos lejos de conseguir una situación de normalización
educativa del alumnado gitano en España. Como botón de muestra,
basta señalar que del conjunto del alumnado gitano que comienza la
ESO, sólo la finaliza el 20%, frente a más del 80% de alumnos en general.
El empleo es hoy en día uno de los aspectos clave para garantizar la igualdad de oportunidades y el desarrollo pleno de la ciudadanía. Pero razones históricas, tradiciones y de modos de vida, unidas a bajos niveles de instrucción y cualificación, han influido en que el acceso al empleo por cuenta ajena de los gitanos y gitanas sea inferior a la media.
Hay mujeres y hombres gitanos en todo tipo de profesiones, incluso
en las más cualificadas, un altísimo porcentaje sufre unos índices
de desempleo muy superiores al resto de la población, por lo que
quedan relegados al subempleo o a actividades económicas de
carácter informal y a largos periodos de desempleo. Las mujeres sufren una mayor
brecha de género en el empleo; 6 de cada 10 mujeres están desempleadas y
un 86% están por debajo del umbral de pobreza.
De todas formas, hay que señalar los importantes cambios
que se están produciendo en las últimas décadas en la
incorporación de los gitanos y gitanas al empleo.
La leyes gitanas son orales, lo que significa que no figuran en ningún tipo de libro de culto o código de derecho escrito. Lo normal si se produce algún tipo de conflicto entre gitanos es, que quienes deberán decidir el destino final de dicha disputa serán los gitanos de respeto o tíos de la zona (No tiene por que ser familiares, sino también personas mayores a las que se respeta por su edad o antigüedad de la zona).
Ellos serán quienes debatirán acerca de lo que se debe hacer y tomar finalmente una medida que dé por solucionado el conflicto. La decisión de los gitanos de respeto deberá ser beneficiosa para ambas partes que deberán aceptarla sea cual sea.
Una pareja gitana que decide casarse tiene que pasar por dos fases: en primer lugar, el pedimiento y, después, la boda propiamente dicha. El pedimiento es la pedida de mano a la moza gitana y comienza con el apalabramiento o pedida de mano, algo que tiene lugar entre la pareja. Si todo va como se espera, el apalabramiento deberá hacerse oficial y ser comunicado a la familia mediante el pedimiento.
Una vez anunciado a todo el colectivo, se procederá a la
organización de la boda, algo que dependerá de los medios
económicos de las familias implicadas. No obstante, las bodas
son la principal ceremonia social que se celebra en la comunidad
gitana, por lo que suelen llevarse a cabo a lo grande.
La mujer no podrá casarse si no es virgen, a no ser que un
hombre no casado quiera «juntarse» con ella, tal y como reza la
tradición gitana.
La virginidad de la mujer es tan importante
para la comunidad gitana que el día de la boda se le realiza la
llamada prueba del pañuelo. Este acto corre a cargo de una
mujer que recibe el nombre de "ajuntaora".
La música es sin duda uno de los puntos fuertes dentro de la comunidad gitana, sin duda el estilo que más popular se ha hecho ha sido el flamenco. A día de hoy el flamenco es la seña de identidad de numerosos grupos y comunidades alrededor de todo el mundo, sobre todo del pueblo gitano, para quienes no solamente es un estilo musical, sino un elemento que ha jugado un papel crucial en su evolución.
Los gitanos están vinculados a la música desde bien pequeños, ya que su presencia es constante y casi diaria en las familias gitanas. El pueblo ha hecho un gran aporte al flamenco español. Ejemplos de ello son cantantes de la talla de Antonio Flores, Camarón, Paco de Lucía, Navajita Plateá y actualmente también hay cantantes de gran renombre como Israel Fernández, Vicente del Castro Giménez (parrita) o los banis.